Abstract
La familia, base de la sociedad china, se mantuvo con pocos cambios hasta el triunfo de la revolución, en 1949. Excepto por las clases más ilustradas de algunas zonas urbanas, era patriarcal y jerárquica, y sus miembros más oprimidos eran los jóvenes y sobre todo las mujeres. El patriarca tenía un poder casi absoluto sobre los demás miembros de la familia, administraba todos sus bienes y decidía el matrimonio de los hijos.
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