Resumen
Los gobiernos y las élites de Turquía y Siria, y en gran medida deIraq también, vivieron una época de excelentes relaciones desde inicios de la primera década del siglo XXI hasta mediados de marzo de 2011. Los buenos términos de la convivencia sorprendieron a muchos, dado que las autoridades de los dos primeros países habían tenido repetidos desencuentros durante prácticamente toda la segunda mitad del siglo XX. Cuando, a mediados de marzo de 2011, miles de sirios salieron a las calles para protestar contra su gobierno en el contexto de las rebeliones populares que sacudieron a los países árabes desde diciembre de 2010, los gobernantes turcos empezaron a tomar distancia de sus pares sirios hasta llegar a albergar a la oposición siria y pedir la destitución del presidente Baššār al-Asad.
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